Un
2 de abril pero de 1982, tropas argentinas desembarcaron en las islas Malvinas
con el fin de recuperar la soberanía que en 1833 había sido arrebatada por
fuerzas armadas de Gran Bretaña.
A
pocos días del desembarco y toma de las islas por parte de la tripulación
argentina, la entonces primera ministra de Inglaterra, Margaret Thatcher, envió
una fuerte dotación de militares ingleses para dar respuesta y desplazar a la
milicia argentina. Esta gesta de reafirmación soberana, que sirvió como detonante de una
guerra, en apenas 74 días, se cobró la vida de 700 soldados argentinos y 250
británicos, y determinó la rendición de las fuerzas nacionales.
A 38
años del conflicto entre nuestro país y Gran Bretaña, Malvinas no debe
remitirnos sólo a recordar el fallido intento de recuperación de las islas que,
aquel 2 de abril de 1982, dio inicio a una corta guerra y a un gran
engaño. Malvinas
debe hacernos rescatar la figura de aquellos héroes, tanto conocidos como
anónimos, que fueron a la guerra. Héroes
que combatieron en condiciones desiguales y lo hicieron con la convicción de
que lo hacían por su patria. Héroes que ya no están y otros que viven entre
nosotros, luchando por ser escuchados y valorados después de tanto olvido. Fueron
héroes también aquellas familias que recibieron a los que volvieron, después de
72 días, diferentes, con sus memorias marcadas a fuego por una guerra inútil,
estéril e innecesaria, como toda guerra.
Malvinas
debe hacernos reflexionar sobre el valor de la vida humana frente a las
ambiciones desmedidas y a los intereses de distintos sectores de poder que
pujan por el control de los pueblos. Debe
llevarnos a que juntos, revaloricemos el profundo sentido que tiene para todos
los hombres y mujeres del mundo, vivir en paz, rechazar la violencia en todas
sus formas y promover el diálogo, el encuentro, posibilitando así abrir caminos
que lleven al entendimiento de los pueblos.
En noviembre del 2000, a través de la Ley
25.370, el día 2 de abril fue declarado Día de los Veteranos y Caídos en
Malvinas en homenaje a todos los combatientes caídos y los sobrevivientes de la
guerra de Malvinas y sus familiares. Que
esta conmemoración sirva, no solo para un protocolo de silencio, sino para que,
desde el lugar que nos toque, asumamos el compromiso de recuperar por la vía
que corresponda el territorio usurpado.
Los
combatientes de Malvinas estarán siempre entre nosotros, y merecen ser honrados
y recordados como héroes que ofrecieron su vida por nuestra Patria.